Ante un auditorio expectante y completo, al que se le tuvieron que agregar sillas, el docente y filósofo Darío Sztajnszrajber cerró ayer a la noche, con su charla "¿Para qué sirve la filosofía?", el ciclo de ponencias de la Feria del Libro y las Artes 2015. Con su particular y entretenido estilo, durante poco más de una hora, el docente introdujo a los presentes en el mundo del pensamiento y de la acción.
El público que había disfrutado de la narradora Ana María Bovo no se quería ir ayer, pasadas las 19.30, del auditorio, un poco porque quería continuar disfrutando del placer que genera la palabra, y otro tanto porque quería hacer doblete y escuchar también a Darío Sztajnsrajber, algo que no todos pudieron hacer porque por cuestiones de respeto a quienes estaban haciendo la cola desde hacía una hora, debieron dejar libres los asientos, que rápidamente fueron ocupados por otros ansiosos espectadores y "escuchadores".
La demanda por escuchar esta particular charla y clase de filosofía desbordó al lugar natural del auditorio. De inmediato, mientras ya el filósofo esperaba su turno en el centro de escena, se agregaron unas 200 sillas, que también fueron ocupadas y resultaron escasas.
Con lenguaje simple y claro, que no siempre es lo mismo, Sztajnszrajber primero valorizó la experiencia del canal Encuentro, donde hace sus programas de TV, que definió como "una propuesta política cultural de amplia divulgación", pese y sobre todo por ser una herramienta del Ministerio de Educación.
Luego de ello y de definirse como docente, ya que explicó "ni en el canal ni en los espectáculos no hago nada que no haga en el aula", el filósofo, con aspecto más cercano a un rockero que a un continuador de la tarea de Platón o Kant, recurrió a su propia experiencia para explicar qué es la filosofía y para qué sirve.
"Puedo decir mil cosas para explicar para qué sirve la filosofía, pero la verdad es que la filosofía en realidad viene a pelearse con el paradigma de la utilidad y el servilismo". Y agregó, casi como parafraseando a la frase bíblica, que "la servidumbre se presenta de formas muy misteriosas".
Sztajnszrajber dijo que el filósofo tiene que pelear o adaptarse al preconcepto de ser un "todólogo" o alguien que puede opinar de cualquier cosa, y así, entre chiste y chiste, y entre ejemplos e imágenes claras, siguió la charla de este pensador-pensante que, como ayer mismo señaló, está aprovechando los cambios de ciclo, de siglo y de conceptos para llegar a todo el que quiera escuchar un discurso y un saber, que antes estaba reservado para unos pocos de habla trabajosamente difícil.
Fuente: El Patagónico