En el marco del Año Internacional de la Luz y de las Tecnologías basadas en la Luz, el Dr. Eduardo Coronado estuvo a cargo de una presentación en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. La misma se denominó “La interacción de la luz con nanoestructuras metálicas, para la detección ultrasensible de moléculas de interés biológico o ambiental”.
Eduardo Coronado es Profesor de la Universidad Nacional de Córdoba e investigador independiente del CONICET. En esta oportunidad, vino a la ciudad a desarrollar un curso de nanotecnología y de las pequeñas propiedades ópticas (nanopartículas).
Además, también llevó adelante una charla sobre detección ultrasensible de contaminantes, sustancias de interés biológico o atmosférico. Es decir, “la detección ultrasensible en cantidades muy pequeñas, cómo se puede emplear”.
Estas actividades se realizaron en el marco del Año Internacional de la Luz y de las Tecnologías basadas en la Luz, aprovechando justamente que “la luz es una de las grande revoluciones que se han producido en este siglo, y se originó el desarrollo de un área que se llama plasmónica, la cual trabaja sobre las propiedades ópticas de partículas muy pequeñas. Esto es importante porque, a principio de este siglo, existía una paradoja que consistía en observar hasta qué punto uno puede confinar un rayo de luz si se ilumina, cuál es el límite para reducir un rayo de luz”, explicó el profesional.
Asimismo, continuó profundizando este desarrollo diciendo que: “El límite está dado por el color que tiene ese rayo de luz, siempre se lo puede reducir al tamaño que es la mitad de la longitud de onda del color. Los colores están caracterizados por una longitud, una distancia entre onda y onda, por ejemplo una onda de color azul tiene alrededor de 400 millonésimas de milímetros entre cada una, entonces uno no puede confinar a la luz una distancia más pequeña que la mitad de ese valor”.
El especialista plantea que lo interesante en esta cuestión, es preguntarse si se puede vencer ese límite. De esa manera, menciona que se puede lograr una mejor resolución pero con luz visible, por ejemplo con un microscopio electrónico, iluminando con un haz de electrones.
“El problema –continuó- es que si uno pretende observar sistemas vivos o biológicos, al iluminar con un haz de electrones los inmovilizás, y por consiguiente, los matás. Es decir, que no se pueden examinar las formas vivas”.
Ante este panorama, es que se desarrolló una microscopía para ver objetos ultra pequeños en escala microscópica, denominada nano óptica. Esta posee dimensiones muy pequeñas, a través de las cuales trata de vencer ese límite y a la fracción de la luz, confinando los campos electromagnéticos a dimensiones más pequeñas.
Acerca del Año Internacional de la Luz y de las Tecnologías basadas en la Luz
El 20 de diciembre de 2013, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó en su LXVIII sesión, al año 2015 como el Año Internacional de la Luz y las Tecnologías basadas en la Luz. Esto se realizó con el fin de comunicar a la sociedad la importancia de la luz y sus tecnologías asociadas en el mundo actual, en áreas tan importantes como la energía, la educación, la salud, la comunicación, etc.
Asimismo, esta decisión se debe a que se han cumplido una serie de aniversarios científicos durante el año 2015 y todos finalizan en el mismo número: Los estudios sobre óptica de Ibn Al-Haytham (1015); La noción de la luz como una onda propuesta por Fresnel (1815); La teoría electromagnética de la propagación de la luz propuesta por Maxwell (1865); La teoría del efecto fotoeléctrico de Einstein (1915); y el descubrimiento de la radiación de fondo de microondas, por Penzias y Wilson (1965).