Reseña histórica

La Biblioteca comenzó a funcionar en el año 1966. Por unos meses estuvo ubicada en la Escuela Provincial Nº 21. Se hizo cargo de la misma la profesora de Letras Sra. Delia Bianco, convocada por César Luengo, quien estaba organizando el IDES (Instituto de Estudios Superiores), que dependía académicamente de la Universidad Nacional del Sur en Bahía Blanca y administrativamente de la Provincia del Chubut. Los primeros libros fueron de la editorial Espasa Calpe. Se comenzaron a inventariar y a clasificar con la CDU.
El IDES proveía de fondos para la compra de libros y era la bibliotecaria quien se ponía en contacto con editoriales de Buenos Aires como Cúspide, Aguilar, Fondo de Cultura Económica y hacía los pedidos. Con el tiempo estas editoriales comenzaron a enviar a sus representantes porque había buenas perspectivas de venta.
Previamente a la compra se le pedía a cada profesor la bibliografía, que formaría parte de una lista de prioridades, de modo que la adquisición del material tuviera que ver con las necesidades de los alumnos y docentes. También se recibían donaciones de profesores del Instituto y de particulares.

Pocos meses después la biblioteca se mudó junto con el IDES a San Martín 330. La mudanza se realizó con la ayuda de todo el personal docente y no docente del Instituto.

Una iniciativa muy interesante que tuvo en ese momento la Prof. Bianco fue recorrer las bibliotecas de Rawson, Trelew y Gaiman y les pidió que hicieran fichas del material que tuvieran y que correspondiera a la enseñanza superior. Cada ciudad tenía una ficha de un color distinto al resto para poder identificarlas. De esta manera se tenía una idea del material que había en otras bibliotecas y que podía servir a los estudiantes del IDES. Se había comenzado con un trabajo cooperativo. También había un reglamento escrito en un cuadernito.
Al año la Prof. Delia Bianco se fue y la reemplazó la Sra. Amanda Zamora.
Más adelante el IDES pasó a ser IUT (Instituto Universitario Trelew) en 1972, pero siguió estando adscripto de la Universidad del Sur.
La biblioteca cambió nuevamente de lugar, se mudó a Avda. Fontana al 300 y ya cuando se pasó al edificio de la calle Rawson y Belgrano (1975) se la ubicó en un lugar más adecuado para su funcionamiento.
Cuatro días después de la muerte del profesor de esta sede, historiador e investigador Gabriel A. Puentes, el 24 de marzo de 1972, se le impuso a la Biblioteca su actual nombre por iniciativa de un grupo de docentes.
A partir de 1981 la BUGAP se convierte en la Biblioteca Central de la Sede Trelew de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco
Luego de Amanda Zamora la dirección fue asumida por Juanita Fernández de Piccolo.
La biblioteca tenía en ese momento un fondo bibliográfico de 3.000 libros y cuando se fue en 1988 llegaba a 18.000 libros y 10.000 revistas.
A partir de la jubilación de la Sra. Fernández de Piccolo ocupó el cargo de directora la Lic. Marta Eleonora Fernández, quien cumplió con esta función durante 23 años, jubilándose en el año 2011.
En el año 1995 se comenzó con la automatización de la biblioteca, con el gestor de bases de datos Isis-DOS y con el formato bibliográfico CEPAL. Así es como se comenzó a transitar la nueva era tecnológica. Años más tarde (1998) a partir de un proyecto de fortalecimiento institucional se adquiere un software de código cerrado para la gestión bibliotecaria, que fue utilizado hasta el 2014, año en que se decidió migrar a un SIGB libre denominado Koha. Este cambio posibilitó la unificación de las bases de datos de todas las bibliotecas del Sistema de la UNPSJB y, por ende, el trabajo conjunto.
Uno de los mayores inconvenientes que sufrió la biblioteca ocurrió cuando estaba preparando su 44º aniversario. El 31 de marzo de 2010 al mediodía las estanterías del depósito de libros que estaban apoyadas en las paredes cedieron y, en efecto dominó, arrastraron tres pasillos de estanterías cargadas de libros. Dos de los bibliotecarios estaban trabajando allí pero afortunadamente no sufrieron lesiones. Este siniestro significó vaciar por completo el depósito, reparar el piso, pintar, diseñar, adquirir e instalar nuevas estanterías. Durante ese tiempo el servicio se brindó como se pudo, buscando libros entre pilas acumuladas en el piso de la sala de lectura, reduciendo el horario de atención. Recién se pudo normalizar el servicio en agosto de ese año.
En el 2013 concursó el cargo la actual directora, Lic. Andrea Muñoz.
La Biblioteca Gabriel A. Puentes ha puesto siempre el acento en el usuario y hacia ellos ha dirigido sus esfuerzos, consiguiendo mejoras en sus instalaciones, un espacio nuevo con más puestos de lectura inaugurado hace poco, dos terminales de consulta en la Sala de Lectura para uso gratuito de Internet y también para que los estudiantes puedan realizar sus trabajos académicos. Gracias al aporte del Plan Provincial de Lectura se han incorporado materiales para la lectura recreativa.
En el año 2016 la Biblioteca cumplió 50 años de existencia, en los cuales se fueron operando cambios profundos, tal vez no todos visibles pero que la han convertido en referente no sólo hacia el interior del ámbito universitario donde desarrolla su tarea sino también hacia la comunidad en la que, a través de diferentes proyectos, ha logrado ir insertándose de manera constante, participando y también generando acciones en el ámbito cultural y social.

Gabriel A. Puentes
Gabriel Antonio Puentes nació el 17 de marzo de 1907 en Avellaneda, provincia de Buenos Aires. Quedó huérfano alrededor de los 12 años. Vivió en un orfanato hasta los 18 años, cuando pudo inscribirse en un Instituto para cursar un profesorado. Al egresar lo asignaron a una escuela rural, en la década de 1930. Allí se desempeñó como maestro, director, ordenanza, cocinero y todo lo que hubiera que hacer en la escuela rural de Los Miches, en Neuquén.
Luego volvió a Buenos Aires y conoció, en la Facultad de Letras, a quien sería su esposa. Se casaron y tuvieron a sus tres hijos: Laura Matilde, Inés y Luis Alberto. Vivieron varios años en Flores.
Fue profesor en la UBA y en otros colegios.
Posteriormente volvió a su locura de maestro rural. Viajaba al interior y pasaba 3 o 4 semanas en alguna escuela rural antes de volver.
Como docente viajero, dictó distintas cátedras en la carrera de Historia del IDES.
Cuentan, quienes tuvieron el privilegio de ser sus alumnos, que sus clases consistían en reflexiones, era agudo y preciso y alentaba al debate entre quienes lo escuchaban. Sembraba el amor por los libros y se remitía a ellos y a sus autores para generar intercambios en las aulas, y también en los pasillos.
Además de docente, fue escritor, autor de libros polémicos en los que ahondó en problemas de la historia argentina insuficientemente abordados por la historiografía.
La muerte lo sorprende un 24 de marzo de 1972 cuando tenía todavía mucho que dar como docente de alma que era y también como investigador comprometido.
El respeto y reconocimiento que cosechó en toda la comunidad universitaria, hizo que sus compañeros docentes propusieron darle su nombre a nuestra biblioteca. La postulación fue aceptada por unanimidad y refrendada por resolución del IDES N° 559. Desde ese día, portamos orgullosamente el nombre de Biblioteca “Gabriel Antonio Puentes”.

 

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