La propuesta de cátedra tiene sus orígenes en 2007, en la UN de La Plata. Allí, desde la Cátedra de Trabajo Social I, junto con los compañeros Alfredo Carballeda y Mariano y todos los integrantes de ese grupo de trabajo, se tuvo la osadía de aplicar una herramienta de la geografía para la puesta a prueba de los trabajos prácticos de estudiantes. Esa experiencia no sólo fue exitosa, ya que valoró la participación activa de alumnos en procesos de intervención e investigación; sino que se extendió y creció. En años siguientes, desde Trabajo Social I se continuó con la aplicación de Cartografía Social como herramienta de trabajo y el ensayo se convirtió en una práctica cotidiana. Eso diseminó la herramienta entre estudiantes, ex-estudiantes y graduados, que luego llevaron la Cartografía Social a diversos lugares del país.
Durante más de seis años, fuimos aplicando Cartografía Social en diferentes lugares de Latinoamérica. Así, desde las grandes capitales latinoamericanas, hasta recónditos parajes rurales, fueron el escenario de puesta en valor de un método que construye un espacio geográfico entre todos, para que sea de todos.
En esta puesta en valor, el Programa Nacional de Voluntariado Universitario, dependiente de la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación y la Secretaría de Extensión de la UNPSJB tuvieron un papel fundamental. Sin el aporte ideológico y económico de este programa, hubiera sido muy dificultoso de llevar adelante este proyecto. A partir de los programas de Voluntariado Universitario, los estudiantes se involucraron profundamente con esta propuesta, apropiándose de ella y tomado las riendas para aplicarla en diferentes instituciones. Así, en estas páginas podrán observarse intervenciones y procesos de investigación puestos en práctica en variados espacios: escuelas, carreras terciarias, asociaciones barriales, municipios, instituciones de investigación, etc.
Eentre los años 2008 y 2012 emergieron proyectos de trabajo concretados en múltiples localidades de Argentina, Uruguay y Brasil en asociación con proyectos locales de la UNPSJB, la UNLP y la UNMDP. Estas aplicaciones de la Cartografía Social tanto en terreno de trabajo de campo como en lo académico, generaron la pauta del nacimiento de la puesta en práctica de la Cartografía Social, fundándose una modalidad de aplicación mutante y en permanente construcción, con puesta en marcha en diferentes lugares (rurales y urbanos) y variando en modos de implementación y pruebas metodológicas.
La Cartografía Social como «método de construcción de mapas -que intenta ser- colectivo, horizontal y participativo». Esta particularidad, que a primera vista parece responder a la moda actual en los métodos de intervención e investigación, rescata los modos más antiguos de construcción de mapas: el colectivo. Este modo colectivo hace fuerza sobre todo en dos cuestiones: inicialmente considera al conocimiento del espacio banal (Santos 1996), al territorio como plural de modo que quienes participan en la «obra» del mapa poseen saberes diversos sobre «el lugar»; y por otro lado, contempla que el resultado de ese mapeo es colectivo y horizontal; por lo que para obrar del mapa debe existir un intercambio, un debate y un consenso.
En síntesis, la obra final de un mapa realizado a través de la Cartografía Social, implica una tarea compartida, con fuerte intercambio de ideas, un debate sobre acciones, objetos, y conflictos; y finalmente un consenso. En ese momento, el mapa se transforma en un texto acabado que habla de un espacio compuesto por acciones y objetos en conflicto, pero escritos mediante un consenso. Ésto es esencial, ya que el mapa tradicional carece de ese pasaje, siendo legitimado según quien lo construya, por un saber técnico - académico, gubernamental o militar.
En este sentido, es necesario rescatar la importancia del «poder de la cartografía». Quién sabe dónde están los objetos, dispone de herramientas para comandarlos. En este derrotero, trabajar con cartografía (incluso en la tradicional); la construcción de mapas en sí, es una práctica que permite por un lado, no apartarnos de la asociación de datos reales representados en un texto dibujado, y por otro; en el sentido de la organización, ubicar esos datos en el mapa para leerlos en lo que podríamos llamar una fotografía incompleta del terreno. En el caso de la Cartografía Social, esa fotografía es un filme colectivizado y al ser dinámica, siempre estará incompleta; aún cuando ésta haya finalizado. Pues no hay final, el mapa es un relato dinámico. Los mapas no sólo representan el territorio y lo producen cumpliendo la función de familiarizar al sujeto con el entorno; el mapa también naturaliza el orden de las relaciones que le son permitidas con el espacio, cumpliendo una función ideológica (Montoya Arango. 2007:157). En el sentido de lo que postula Montoya Arango, reconocer al mapa como un mensaje social, implica una labor de descomposición de la retórica y las metáforas cartográficas, y un alejamiento del pensamiento positivista para adentrarse en la teoría social, prescindiendo por principio de la neutralidad y la objetividad con que se ha revestido hasta ahora el saber científico.
En la Cartografía Social se desliga de esa neutralidad y objetividad. El mapa es subjetivo y comunitario. Es un mapa festivo y aparentemente caótico, porque es dinámico y vive; en contrapartida al solitario mapa de los Institutos Geográficos. Esto no implica que uno sea más valioso que el otro; lo que marca el límite es una diferencia de génesis. Mientras que el mapa tradicional nace normado, el social lo hace consensuado; mientras que el tradicional es obrado de modo vertical, el social es horizontal. Sin embargo, ambos comparten el poder de la cartografía. En este sentido, John Harley (2001) señala que el cartógrafo es un sujeto social, inmerso en intereses políticos que configuran la realidad social de su tiempo, su conocimiento no es neutro ni imparcial, está inserto en las tramas del poder y su conocimiento es instrumentalizado por aquel. Por esto, en Cartografía Social el cartógrafo es colectivo. No hay cartografía sin comunidad. Esta colectivización involucra que los objetos y acciones existentes en el espacio sean compartidas e intercambiadas. Así, cada integrante del obraje advierte nuevos objetos y nuevas acciones. Los cartógrafos del mapa social son aprendices de su propio espacio; espacio que al mismo tiempo se encuentran creando. La propia construcción de un simple mapa ha demostrado en las experiencias de trabajo sorprender a los integrantes de la obra: los cartógrafos se admiran del espacio geográfico que que conocen más allá de sus palabras. De este modo, al finalizar la tarea, los participantes no sólo construyen un texto que habla del espacio geográfico, sino que pasaron por un debate sobre el territorio1 que los acercó a él. Al finalizar el mapa, todos conocen más el territorio. Al conocer más el territorio se amplían las posibilidades de comando comunitarias, que hasta ese momento estaban en poder de quienes concentraban el conocimiento.
La distribución del conocimiento territorial se gesta en una obra colectiva, en la hechura de un objeto: el mapa. Se produce un hecho geográfico: el participante reconoce, renueva e intercambia su conocimiento territorial y lo manipula en un escenario. Así, el territorio se ensancha y alarga para el participante que se reconoce en él como un elemento que puede transformar el espacio.
La Cartografía Social está tenuemente normada en sus elementos iconógráficos y estuctura interna de dibujo. La norma es consensuada entre los cartógrafos sociales y tiene un objetivo general, determinado por el problema a tratar. Ese objetivo puede ser: un mapa sobre conflictos barriales, sobre ubicación de recursos comunes, sobre problemas ambientales, sobre la distribución del agua en una comunidad, etc. Atento a que la norma de construcción del dibujo, del mapa es normada colectivamente, el resultado final es complejo de sistematizar en modo gráfico. Por ello, la obra final del mapa es acompañada de una explicación oral y en ocasiones escrita. Esto hace que el mapa en sí mismo, sea un elemento inacabado. El mapa es acompañado por una explicación oral que lo completa. El mapa y esa explicación, sólo realizable por quienes construyeron el mapa, constituyen el texto que referencia el problema tratado inicialmente. Así, el mapa obtenido de la Cartografía Social es un elemento complejo de sistematizar; en contrapartida a los modernos sistemas digitales de información geográfica, que intentan sistematizar y ordenar todos los objetos y datos para luego gestionar.2
En definitiva, y tal como postula Carballeda (2012) El territorio, como espacio de contención de los escenarios sociales, puede presentarse en forma heterogénea, con distintas lógicas, diferentes formas de comprensión y explicación de los problemas sociales desde los propios actores que lo habitan.
Estas territorialidades son vividas por distintos grupos sociales en espacios donde la fragmentación vincular y la pérdida de lazo social generan e inscriben en las historias sociales, diferentes formas de padecimiento y elaboración de resistencias subjetivas e inter subjetivas. Estas diferentes historias amplían desde la práctica la noción de cuestión social, así, la aproximación a lo subjetivo permite conocer con mayor profundidad los problemas sociales sobre los que se interviene. Incorporando de esta forma más instrumentos de análisis y conocimiento.
De ahí que la intervención desde lo territorial se acerca a la noción de espacios micro-sociales, y también a la de escenario de intervención. Desde estas, se hace posible comprender y explicar las diferentes expresiones de la cuestión social abarcando distintos ángulos, perspectivas y visiones.
Las Cartografías Sociales, se presentan como un instrumento capaz de dar cuenta de esos procesos, construcciones y significaciones, no solo desde una visión descriptiva, sino, generando, desde su propia aplicación diferentes formas de integración y posibilidad de recuperación del lazo social perdido aún desde de la persistencia del discurso neoliberal.
Objetivos de la Cátedra:
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Difundir la metodología de Cartografía Social tanto en espacios universitarios como extrauniversitarios y en estrecha colaboración con las diversas organizaciones sociales.
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Colaborar con la construcción metodológica, la discusión e investigación en torno a la noción de Cartografía Social y generar productos comuntarios que aporten al conocimiento colectivo.
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Realizar actividades académicas, cursos, seminarios, jornadas, talleres, debates, foros de discusión, etc. tendientes al conocimiento y fortalecimiento de la Cartografía Social y diversos abordajes de la Geografía, como ciencia social.
Lineamientos y actividades:
Las diversas demandas emergentes tanto de los proyectos de extensión, voluntariado e investigación en los que se incluye la cátedra, constituyen el núcleo de tareas mas fuerte y dominante.
De este modo, la cátedra se organizará con actividades planificadas anualmente que permitan la cobertura de las demandas acerca de «dispositivos de intervenció comunitaria» en la construccion de mapeos sociales».
En este sentido, hemos organizado las actividades del siguiente modo:
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Realización de charlas y talleres
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Colaboración en la construcción de dispositivos de intervención de Cartografía Social
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Cooperación internuniversitaria e interinstitucional en la elaboración de estrategias, proyectos y productos que requieran la elaboración de mapeos sociales
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Producción de textos, meterial audiovisual y digital que permita la difusión de la Cartografía Social con el aporte de la comunidad en general.
Proyectos Asociados a la cátedra de Cartografía Social:
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Cartografía Social, jugando otra vez para conocer nuestro teritorio (PNVU-SPU) 2012
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Cartografía Social y SIG (PNVU-SPU) 2013
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Infraestructura urbana y acceso a la tierra para la vivienda en Comodoro Rivadavia. Chubut. (Universidad territorio y Estado - SPU)
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Red interuniversitaria de estudios socioterritoriales e inclusión social con énfasis en áreas rurales y pequeñas localidades (Redes 7 - SPU)
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Cartografía Social, investigación e intervención desde la geografía. (Sec y Tec. UNPSJB)
Responsables:
Dr. Juan Manuel Diez Tetamanti; Lic. Haydeé Beatríz Escudero, Lic. Magali Chanampa, Est. María de los Ángeles Jaimes, Est. Valeria Velázquez. Est. Daniela Porciel. Est. Pamela Gómez. Est. Nadia Martínez; Est. Bianca Freddo.
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1En el sentido de espacio social de Milton Santos (1996).
2En este sentido, la gestión puede ocurrir desde lugares distantes, lo que implica un comando espacial externo, pudiendo generar «espacios derivados» en términos de Max Sorre y Santos (1986).